¿Puede un blanco hacer soul?

El soul siempre fue un terreno vedado para los blancos. Las aproximaciones de alguien de este color a este tipo de música, eminetemente negra, ha suscitado siempre mucho recelo, cuando no franco desprecio. Gente como Joe Cocker, Hall& Oates, Michael McDonald o Boz Scaggs , son  algunos ejemplos de ello. Solamente Van Morrison ( un género en sí mismo) o la inolvidable Dusty Springfield (abuela de las Winehouse, Adele o Duffy) gozan de general respeto.

Entre las inestimables recomendaciones de Jesús de Radio City se encuentra el primer disco de  un tipo especialmente sospechoso, hasta tal punto que el New York Times se refería a él con este bonito titular: Can a Nerd Have soul? . O con otras palabras:  ¿puede un memo tener alma?  ( o en sentido musical ,¿ hacer soul?).

El memo responde al nombre de Mayer Hawthorne, y tienen una cara de pasmao, con esas gafas de pasta, que asusta. Pero tonto no es. Más bien parece una rata de biblioteca ( facción tiendas de discos) entre las que, modestamente, yo también me encuentro. Tipos que en cuanto llegan a una ciudad, rebuscan en tiendas de vinilos joyas olvidadas y malvendidas por gente sin escrúpulos ni blanca. Hawthorne según comentaba , lo primero que rebusca es en la letra T , por si acaso encuentra algo de The Three Sounds, un maravilloso grupo de jazz  ( ¡como tocaban las escobillas¡) desaparecido en 1973.

El tipo alega en su defensa que creció con la música de los Clash, Smashing Pumpkins o Public Enemy. Pero se le ve mucho el plumero, y siempre que un periodista acude a su casa a hacerle una entrevista siempre encuentran el cuerpo del delito: viejos discos de 45 rpm de souleros, olvidados o no, de los años 60.

Ni siquiera el respaldo de conocidos raperos como Kanya West o Snoop Dogg, que elogiaron su primer trabajo, le ha sacado de la cuarentena de tipo sospechoso de meterse en corral ajeno.

Las raíces de Mayer son tan cercanas al soul como los de Daniel Barenboim al punk . De origen judío ( al igual que la otra “gran esperanza blanca” de este tipo de música , el gran Eli «Paperboy» Reed), creció en la ciudad de Ann Arbor ( Michigan) , más conocida por sus aportaciones al mundo de la medicina que a la música negra.

Su primer disco, A Strange Arrangement, fue uno de los discos que más escuché en el 2009, atrapado por esa sucesión de duduás, toques de vibráfono, coros pegadizos, y falsetes a lo Smokey (Robinson). Decía que en su segundo trabajo demarraría hacia los Beatles. Mentira.

En este último (How do you do?) él sigue erre que erre, a lo que más le gusta. El buen soul. Aunque sea blanco y tenga pinta de memo.

 

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