Goffin se sube al tejado

Junio está resultando un mes sumamente luctuoso, con pérdidas verdaderamente irreparables de gente única. Si hablábamos hace unos días de la desgraciada muerte de Javier Benavente, no debería pasarse por alto la de un inmenso pequeño ser que se fue poco después de comentar en este blog que ya casi nadie escuchaba al gran Little Jimmy Scott. Casi al mismo tiempo que Javier fallecía alguien cuya muerte podría ser menos sorpresiva por su edad, pero no menos lamentable. Fue uno de los grandes compositores americanos del siglo XX, uno de esos tipos casi desconocidos para el vulgo, pero cuyo cancionero asombra. Un tipo de Brooklyn llamado Gerry Goffin, y que durante años formó pareja ( no solo compositora) con otra grande, hoy en pleno declive: Carole King. Se habían conocido en el instituto y acabaron demostrando de forma práctica lo que es la sinergia a la hora de componer canciones. Cabría decir incluso que se adelantaron varios años a la armada invencible de la música contemporánea, que aún no había estallado en forma de Beatles, Rolling o Dylan. Posiblemente pocos recuerden que canciones tan redondas como Loco-motion ( Yokam), You make me feel like a natural woman ( Aretha), Will you stills love me tomorrow ( Shirelles), It’s not the spotlight ( Stewart), Don’t bring me down ( Animals) o Up on the roof ( Drifters) fueron escritas por este tipo, capaz de componer canciones como hace roscas la churrera de Peligros ( inmejorables por cierto). Bien es verdad que si son necesarias 10.000 horas de trabajo para covertirse en experto ( como dice Gladwell) la pareja King/ Goffin aprendió el oficio vendiendo sus canciones a 25 Dólares la pieza. Eran tiempos dorados en la ciudad de Nueva York, en que coincidieron en torno a un edificio (el Brill Building) algunos de los mejores compositores de los últimos 50 años, muchos de ellos parejas : Cynthia Weil & Barry Mann, Burt Bacharach & Hal David, , Leiber & Stoller, Doc Pomus…
Una década después de conocerse y hacerse de oro, Goffin y King se divorciaron ( las malas lenguas dicen que por el exceso de alucinógenos en la dieta de Goffin) , lo que permitió el despegue de la carrera individual de Carole King como solista, paralela a la de uno de sus mejores amigos: James Taylor. Con el apoyo de éste en voz y acústica lanzó en 1971 su mejor y más vendido disco, Tapestry, que incluía buena parte de aquellas canciones que habían sido pelotazos en la voz de muchas artistas de soul. Goffin por su parte solo publicó dos discos en solitario ( It ain’t exactly Entertainment y Back Room Blood), que pasaron casi desapercibidos y hoy son objeto de codicia para coleccionistas ansiosos.
Para despedirle nada mejor que volver a escuchar una canción perfecta, que habla de subirse al tejado para escapar del mundo, versioneada por muchos de loa grandes músicos americanos, de Laura Nyro a James Taylor o Bruce Springsteen: Up on the roof.

When this old world starts getting me down
And people are just too much for me to face
I climb way up to the top of the stairs
And all my cares just drift right in to space
On the roof it’s peaceful as can be
And there the world below can’t bother me
Let me tell you now
When I come home feelin’ tired and beat
I go up where the air is fresh and sweet
I get away from the hustling crowds
And all that rat race noise down in the street
On the roof’s the only place I know
Where you just have to wish to make it so
Oh, let’s go
Up on the roof
At night the stars put on a show for free
And darling, you can share it all with me
I keep a-telling you
Right smack down in the middle of town
I found a paradise that’s trouble proof
So if this world starts getting you down
There’s room enough for two up on the roof

(Fotografía: cuatro mosntruos: Weil, Mann Goffin y King)