La poesía, para el que la merece

“Aunque desde entonces habían cambiado muchas cosas en mi vida, mi relación con a poesía seguía siendo en lo fundamental la misma. Leía los poemas, pero no se me abrían nunca, y eso era porque yo no tenía “derecho” a su lectura: no eran para mi. Cuando me acercaba a ellos, me sentía como una especie de defraudador al que descubrían siempre, porque esos poemas me decían cada vez : ¿Quién te crees que eres para meterte aquí? Uno tenía que hacerse merecedor de leerlos.
Un hombre enamorado. Karl Ove Knausgärd.

Por casualidad pillo una conversación a través del WhatsApp sobre las aficiones literarias de los tíos:
– Decirme algún libro bueno para un chico
– Puff.Los de Pérez Reverte suelen gustarles y los de Kent Follen
– ¿Y alguno que no sean esos? Justo son los que ya hemos dicho
– ¿Qué tipos de libros le gustan?
– De aventura, historia , ciencia ficción…
– Ah sí, los de Patrick Rothfus…

Por lo que se ve a “los tíos” lo que nos gustan son los de Ken Follet y libros del Reverte ,dos de las cosas más abominables que existen.
Siempre que entro en una librería busco por curiosidad donde tienen ubicada la sección de poesía , y qué demonios tienen. Ocupan por lo general menos espacio que los libros de bricolaje, al final de algún estante de los inalcanzables. El espectáculo es ya inenarrable en los grandes centros comerciales, con esa sección de Librería del Corte Inglés a la cabeza, que maltrata a todo tipo de libro y lector. Sería imposible que nadie tolerase el desorden apoteósico que reina en sus librerías en las secciones de ropa interior o de lámparas.
Hoy en Granada, por ejemplo, no he eonctrado un solo libro de poesía, ni siquiera ese tan socorrido de las Rimas de Bécquer.
Como escribe Knausgärd posiblemente todo se deba a que muy pocos y pocas merecen leerlos, al margen de que tengan la capacidad para hacerlo.
La mayoría siguen pensando que la poesía es cosa de moña, niña, enamorado y rancio.
Mientras tanto aprovecho para leer el último premio Loewe ( el de los bolsos y las colonias, algo bueno hizo). Es los Desengaños de Antonio Lucas.
Escribe:
“Imagina que el tiempo sólo es lo que amas
Unas pocas palabras, unos seres exactos
Unas horas muy lisas, una playa ( quizá)
Donde el daño no acecha”

No se puede decir más con menos, de forma más precisa y más hermosa.
Igual que Ken Follet